sábado, 9 de enero de 2016

La anatomia del siluro.



En esta entrada escribiré sobre la anatomía del siluro, el más grande entre los depredadores europeos de agua dulce. Ahora mismo en auge en nuestro país, llegando e incluso sobrepasando ya la friolera de  2,50 metros en Zaragoza y hasta 2 metros en Extremadura.

captura propia de un siluro de 2 metros  Extremadura.

Es un pez muy fácil de identificar, aunque a temprana edad es muy parecido al pez gato negro, de hecho cuando pescaba siluros por “accidente” los confundía habitualmente; cosas de niño y a la vez poco experimentado pescador. A modo de apunte, debo añadir que desde hace unos 3 años el pez gato negro ha desaparecido prácticamente de la cuenca del Tajo, por lo menos en las zonas que suelo y solía pescar, lógico al pensar que uno es una copia del otro a menor escala y se mueven por las mismas zonas. Antes era imposible pescar con asticot o lombriz, era una picada tras otra de peces gato, lo que nos hacía usar cebos vegetales para evitarlos y ya en  este pasado 2015 no vi ningún ejemplar.

El siluro se identifica, principalmente, por su aleta anal extremadamente larga, prácticamente la mitad de su longitud total y 2 barbillones desarrollados uno a cada lado de su mandíbula, otros 4 más cortos orientados hacia abajo lo que le da un total de 6, los cuales usa para tantear los fondos en busca de alimentos y a modo de “antenas” para localizar presas. Todo esto unido a un olfato excepcional. Hablando de su mandíbula es de unas dimensiones enormes en relación a su tamaño, la cual esta provista de 2 placas  óseas una arriba y otra abajo de lado a lado de la boca, llenas de cientos de minúsculos dientes orientados hacia su interior que a priori no parecen peligrosos, pero por experiencia propia sé que cortan y bastante. Por tanto, es  muy aconsejable manipularlos con guantes. Ya prácticamente pegado a su garganta tiene otras 2 parejas óseas, una pareja arriba y otra abajo que el siluro usa a modo de cierre o apertura hacia su garganta para evitar definitivamente que la captura escape.
detalle de la boca.
detalle del afilado de sus dientes.


En cuanto a la visión, se podría decir que no es su fuerte ya que posee unos ojos minúsculos. No es un pez que se base en la vista mayoritariamente para cazar, como el caso del lucio y lucioperca, ya  que tienen una visión y una disposición de los ojos muy superior a la del siluro. Teniendo más relevancia el color de los señuelos en estos depredadores.

Su piel  esta desprovista de escamas y muy bien protegida por una espesa mucosa que le previene de infecciones. El color varía mucho en cuanto a su localización, alimentación, época del año, lugares que frecuenta, etc... De hecho en la cuenca del Tajo he diferenciado 3 libreas: 

1.       La más común es mayoritariamente negra con unos jaspeados en escalas de grises acabando en blanco por la zona inferior. Seguramente debido a que se mueven más bien en las profundidades.

2.        Otra muy parecida a esta pero con un rojo oscuro franqueando todas las aletas. Pienso que esta coloración se debe a un alto consumo de cangrejo rojo, ya que estos suelen ser individuos jóvenes.

3.        Por último, una más parecida a nuestro vecinos del norte, en Zaragoza; siendo este color mucho más claro teniendo una imagen dorada parecida a la arena. Estos ejemplares pasan mucho tiempo en arenales y a menos profundidad que otros ejemplares.



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